Que la imagen era un montaje era algo que se sabía desde hace eones. Incluso la página de desmentido de leyendas urbanas Snopes averiguó el 2007 que la célebre imagen fue tomada en 1997 y que su protagonista era un húngaro “llamado Peter”. Peter Guzli, técnico informático, trucó las fotos y las adjuntó a un mensaje que lanzó a sus amigos, firmado como el jefe de policía húngaro Peter Doszpot:
“Este hombre ha sido identificado como húngaro por nuestra embajada en Nueva York. Pedimos ayuda para identificarle”.El mensaje empezó a ser reenviado por correo electrónico hasta superar los círculos de amistad del autor y convertirse en un ‘meme’ de ámbito mundial: “Nunca me paré a medir las consecuencias, ni esperaba que traspasara mi círculo de amigos”, cuenta hoy el afligido Guzli. “Estoy alucinado de que la policía todavía reciba llamadas sobre aquel montaje. Nunca pretendí ganar dinero ni causar ningún daño a las auténticas víctimas o a las familias. Quiero que esto acabe de una vez, quiero que todos sepan que lo siento y que esto sea el final del Tourist Guy”.
No va a resultar sencillo. Si algo caracteriza a Internet es su incapacidad para olvidar. Cualquier foto, vídeo o comentario publicado en la Red queda fijado e indeleble en sitios como Archive.org o la caché de Google. Como le sucedía a Al Pacino en ‘Carlito’s Way’, en Internet estamos “atrapados por nuestro pasado”.
Visto en: www.cookingideas.es
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