lunes, 11 de febrero de 2013

Los derechos de los cyborgs en la vida real

Steve Mann es un profesor de la Universidad de Toronto que lleva décadas trabajando en el campo de la realidad aumentada mediante ordenadores que se llevan puestos como si fueran una prenda de ropa más.
De hecho él mismo usa un dispositivo bautizado como EyeTap que consiste en una cámara que va situada frente a su ojo derecho que procesa la misma información que vería el ojo en cuestión y que incorpora una pantalla de tal forma que superimpone información a la visión normal de Mann.
Esto podría servir desde para poner etiquetas con el nombre a las personas que se va encontrando a una especie de GPS personal, pasando por muchas otras ideas.
En cualquier caso Mann es consciente de que no estamos habituados a ver cosas así y tiene la precaución de viajar con documentación acerca de lo que es el dispositivo y de lo que hace y con documentación de su doctor que explica que no se puede quitar por las buenas, sino que está fijado a su cabeza de tal forma que hacen falta herramientas para sacarlo.
Pero tal y como cuenta en Physical assault by McDonald’s for wearing Digital Eye Glass todo esto no le sirvió de nada el pasado verano en un McDonald´s de París al que entró a comer con su familia mientras estaba allí de vacaciones.
En primera instancia una persona que se identificó como empleada del restaurante le preguntó acerca de su EyeTap mientras hacían cola, aunque tras presentarle la documentación en cuestión no le puso ningún problema y pudieron hacer su pedido y sentarse a comer sin que nadie les molestara.
Sin embargo, al cabo de un rato, y mientras seguían sentados a la mesa, otro empleado del McDonald’s intentó quitarle el EyeTap, sin tan siquiera decirle nada primero ni haberle pedido que se lo quitara, al menos según la versión de Mann.
De nuevo según Mann, intentó calmarlo enseñándole la documentación, aunque no sirvió de nada, ya que tras revisarla junto con otros dos empleados más del McDonald’s estos procedieron a destruirla y el mismo que intentó quitarle el EyeTap echó a Mann por la fuerza del local.
Curiosamente, al intentar arrancarle el EyeTap el empleado en cuestión lo dañó lo suficiente como para hacer que este entrara en una especie de modo a prueba de fallos en el que almacena las imágenes que va captando en lugar de borrarlas después de procesarlas, por lo que Mann pudo ponerse en contacto con McDonald’s e incluir imágenes de todo el proceso para ver qué tenía que decir la empresa…
Que básicamente lo niega todo.
En cualquier caso, no es la primera vez que Mann se ve envuelto en un altercado, pues en una ocasión ya lo echaron de un Wal-Mart y ha tenido sus más y sus menos con la policía de Nueva York o el mismísimo Servicio Secreto de los Estados Unidos.
Pero para él es muy importante el uso de este tipo de sistemas, y además es algo a lo que probablemente tengamos que irnos acostumbrando en los próximos años según vaya avanzando la tecnología en cosas como ojos biónicos o prótesis.
Así que en lugar de demandar a McDonald’s o nada parecido se ha puesto en marcha junto con la ACLU y el IEEE para crear una ley que regule los derechos de las personas que usen este tipo de dispositivos, algo que quizás, visto lo visto, vayamos a necesitar.
Visto en: www.cookingideas.es 

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