Se han dado a conocer los resultados de uno de los proyectos de investigación más impactantes de los últimos años. Y es que científicos alemanes han conseguido un brazo robótico controlado por el pensamiento, una iniciativa que parece de ciencia ficción.
En 2005 la Unión Europea financió un proyecto de innovación dirigido a aunar dos campos que, por aquel entonces, parecían bastante separados: la medicina y la robótica. La entidad encargada de realizar aquella misión fue el Instituto Fraunhofer, situado en Múnich, Alemania.
Esta sociedad, que en realidad agrupa 58 centros situados por todo el territorio alemán, se caracteriza por dirigir sus proyectos de investigación desde una perspectiva realmente aplicada. Fueron pioneros en la codificación de audio, que daría como resultado la creación del MP3, y cada día sus más de 22.000 empleados se esfuerzan por generar resultados que cambien el día a día de la gente de a pie.
Un esfuerzo innovador para pacientes con parálisis
Entre esos resultados destaca el proyecto BRAIN2ROBOT, cuyos objetivos iniciales se basaban en lograr un brazo robótico tal que pudiera ser controlado con el pensamiento de los pacientes con un alto grado de parálisis. De este modo, la disciplina de la robótica conjugaría sus esfuerzos con la medicina para hacer un poco más fácil la vida de estas personas.
Cinco años después de la finalización de su financiación por parte del Programa Marco de Investigación, la oficina CORDIS ha dado a conocer sus resultados. Según el Servicio de Información Comunitario sobre I+D, las conclusiones de esta iniciativa sobre el brazo robótico son “extremadamente prometedoras y suponen una solución de muy bajo riesgo para los discapacitados debido a su naturaleza poco invasiva”.
El proyecto del Instituto Fraunhofer, además de desarrollar este interesante brazo robótico, consiguió innovar en el desarrollo de la interfaz informática encefálica. El conjunto de componentes logró detectar la actividad cerebral de los pacientes simplemente con que estos pensaran en una maniobra concreta, de forma que consiguieron diferenciar los impulsos neuronales relacionados con la “mera” idea de mover una mano u otra.
De esta manera, los científicos consiguieron usar unos patrones de señalización nerviosa para que el brazo robótico consiguiera ejecutar las órdenes. La iniciativa alemana, que ha recibido financiación europea cercana a los 1,3 millones de euros, podría asimismo aplicarse en otros ámbitos un poco más alejados del campo de la salud, como el de los videojuegos o laseguridad vial.
En los próximos años, los investigadores del Fraunhofer continuarán con su trabajo, con la esperanza de simplificar los componentes del equipo, especialmente la interfaz, de forma que sea más sencillo implantarla en los pacientes, y además reducir los costes de producción. La difusión de los resultados exitosos por parte de la oficina Cordis es una buena muestra de que losproyectos de I+D pueden transformar la sociedad.
Imágenes | Michael Kramer (Wikimedia), DJNeight (Flickr)
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