Cuatro de cada diez niños en México crecen sin padre
según el último Censo de Población y Vivienda que se elaboró en el país
(2010). Aquel dato pasó sin levantar demasiado polvo entre otro montón
de gráficas que reflejaban la situación de los hogares nacionales. “Pero
es que hay determinadas estadísticas a las que no damos importancia y
quizás están marcando el futuro”, dice Georgina Montero, miembro de un
colectivo teatral independiente llamado Infinito Teatro al que no se le pasó de largo este revelador índice.
Noracristina, una niña de nueve años de
edad, no logra entender la ausencia de su padre en casa. Ella es la
pequeña de sus hermanas y nunca convivió con él. Todo el mundo le dice
que su papá está ‘al otro lado’, “como muchos mexicanos dicen cuando
hablan de alguien que emigró a Estados Unidos”, explica Montero, pero
nadie le explica qué es ‘el otro lado’, ni qué demonios hace su papá
allí.‘Historia del otro lado’ es el nombre de la representación que este colectivo de Guadalajara (México) pretende pasear por ciudades y comunidades mexicanas donde exista una tasa más alta de niños que pasan su infancia sin la figura del padre en el hogar. Noracristina, la protagonista de la pieza, pretende “escenificar desde la propia perspectiva de los menores” esa situación y tratar de explicar qué es ese lugar indeterminado del que muchos críos han escuchado hablar sin mucho mayor detalle. “El teatro puede ofrecer cobijo a una persona”, dice la directora sobre la intención psicológica del proyecto. “El niño siente cobijo cuando ve en el escenario que ese problema no sólo lo tiene él”.
Según el colectivo, “la emigración en busca de un trabajo, la desintegración familiar y una cultura muy extendida de hombres que poseen varias familias pero no pasan tiempo con ninguna” son, en ese orden, las causas más importantes por las que los progenitores están fuera de sus casas. En conjunto, estos factores han provocado que casi la mitad de los menores del país vivan esa situación en su hogar. “Un hecho que todos hemos tenido cerca y debería, al menos, llamarnos la atención por su frecuencia”.
HISTORIA DEL OTRO LADO fondeo from Teresa Sanchez on Vimeo.
Montero dice que ella y sus compañeros de colectivo (Virginia Guardado, Teresa Sánchez, José Luis Mediano y Gerardo Hernández), después de terminar su formación teatral, quisieron “montar un colectivo para proyectar parte de su trabajo como artistas a fines sociales y solidarios”. Después de autofinanciar su primer proyecto, Las sombras de Beckett, decidieron montar este otro a través de un crowdfunding (con Fondeadora). Si antes del 31 de diciembre consiguen la financiación que solicitan (33.000 pesos -1850 euros-) a través de colaboradores (que recibirán obsequios), podrán desarrollar el plan.
“Ya está pensado cómo vamos a actuar y la obra ensayada”, cuenta Montero. “Conviviremos con los niños, haremos con ellos talleres de expresividad, y les acercaremos al teatro para que aprendan a decir lo que piensan, sabiendo que no están solos, y en un espacio de libertad”. La obra, escrita por Ángel Hernández, es un texto que enamoró a la directora de la pieza desde los 17 años y cree que es perfecta para compartir con los niños que viven con su padre ausente.
Han decidido que para dar aire a su misión, no actuarán en teatros ni espacios cerrados. “Intervendremos un árbol. Gran parte de la actuación será desde las ramas, dispuestas para ello”, revela.
Noracristina fabrica para sí misma unas marionetas y trata de explicar qué es ese otro lado. También emprende un viaje hasta el límite donde empieza ese lugar. Pide la directora que el final de la trama no se desvele. Noracristina le contará a los niños con los que se encuentre lo qué vio cuando se asomó a ese sitio desconocido donde fueron a trabajar sus papás.
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