miércoles, 30 de enero de 2013

La halitosis o mal aliento ... platicar con personas que sufren de ese mal

Qué incómodo es platicar con una persona que sufre de mal aliento.

Sobre todo porque con bastante frecuencia quien padece éste problema, no puede percibirlo y es el último en percatarse de lo ofensivo de su plática.

Hasta que alguien se compadece del enfermo y se lo comenta, llega a caer en la cuenta de su mal.

El mal aliento puede ser fugaz, pasajero, crónico o permanente.

Esto depende principalmente del origen o causa etiológica.

Porque la halitosis puede ser originada por diversas causas, sean locales o sistémicas.

En su versión crónica, es provocada por algunas bacterias que afecta al 25% de la población.


Se estima que más de un 50% de las personas lo han padecido en algún momento de su vida.  

Es muy frecuente tener halitosis por las mañana al despertar, ya que la estructura de la boca ha estado en reposo y la producción de saliva es poca, es más frecuente en personas que superan los 50 años.

Entre las principales causas locales podemos encontrar en primer lugar las referentes a la arcada dentaria. Piezas dentarias en mal estado, sea por caries, falta de aseo o presencia de restos alimentarios entre los espacios de los dientes, hasta enfermedades graves como cáncer del pulmón, la gastritis crónica, el exceso de fumar ... aunque su origen real es la propia boca.

Aquí debemos mencionar que es mucho más fácil encontrar espacios interdentarios amplios o separados en adultos mayores que en niños o adolescentes, lo que nos llega a inferir que será más frecuente la halitosis causada por este problema en los ancianos que en personas que cursan las primeras etapas de la vida.

Las caries, en cambio pueden encontrarse casi a cualquier edad. Lo que importa es que a mayor cavidad destruida en el diente o pieza molar, mayor facilidad para padecer mal aliento.

Si después de comer la persona no tiene oportunidad de lavarse sus dientes, los restos alimentarios pronto entran en descomposición y causan mal aliento, de ahí la importancia de practicar buen aseo dental.

El mal olor de la boca se produce por descomposición de bacterias de restos de alimentos, entre los dientes, de saliva, de células de la mucosa oral o de la sangre.
Otra causa local que es fácil encontrar en la cavidad oral es una infección. Ya sea que se instale en las encías, en las amígdalas o en los adenoides, con seguridad causará mal aliento. Será un cuadro pasajero, porque en cuanto se resuelva la infección, el paciente dejará de padecer su halitosis.

Hay casos crónicos originados por alteraciones locales. El ejemplo más fácil de mencionar es cuando alguien tiene sus amígdalas con criptas. Las personas que han padecido cuadros crónicos infecciosos en su garganta, tienden a desarrollar criptas en las amígdalas. Las criptas son pequeños orificios superficiales en el tejido amigdalino, fáciles de visualizar al abrir la boca y en cuyo fondo encontramos cavidades o bolsas que alojan restos alimentarios.

La acumulación de estas pequeñas porciones de comida recibe el nombre de material caseoso o cáseum. Son muy fáciles de identificar porque cuando el paciente logra expulsarlos los aprecia como de aspecto blando, coloración blancuzca y de un característico olor que es muy fétido y desagradable, producto de la degradación o descomposición del material orgánico que se acumuló en la bolsa o cripta.

Por cierto, también vale la pena señalar que si ponemos ese material en agua, su primera reacción es salir a la superficie, o sea, son más ligeros que el agua mientras están secos. Una vez impregnados de agua sí tienden a bajar en los recipientes.

Lo interesante de esta observación es que si el paciente que padece de criptas en sus amígdalas tiene la disciplina de practicar gargarismos todos los días, al terminar de lavarse sus dientes después de cada comida, de seguro será difícil que se le acumulen tantos restos alimentarios en sus criptas, y por consecuencia, mantendrá un mejor aseo de su boca y mejorará tambien su mal aliento.

Cuando el origen de la halitosis son las criptas amigdalinas, y no es suficiente la práctica de gargarismos ni el aseo cotidiano, lamentablemente ese paciente no tendrá otro camino que proceder a la extirpación de sus anginas para sanar de este mal.

Entre las causas de tipo sistémico que originan halitosis debemos separar aquellas que tienen origen respiratorio y las de origen alimentario. Las primeras se remiten a las infecciones: adenoiditis, amigdalitis, sinusitis, glositis, gingivitis, traqueitis, laringitis, y todas aquellas infecciones de asiento en vías respiratorias inferiores: bronquitis, pulmonía, neumonía, etc. Pero debemos señalar que las patologías cancerígenas o de tumoraciones malignas de vías respiratorias también causan mal aliento en el enfermo.

Referente al tubo digestivo, encontramos halitosis fisiológica en aquellas personas que consumen cierto tipo de alimentos. Tal es el caso de tubérculos, granos, semillas y otros alimentos. La cebolla, ajo, chiles, rábanos, pepinos, cacahuates y condimentos son fácilmente identificables en la respiración de quien los consume.

La difícil digestión de ciertos alimentos también conlleva al mal aliento. Sobre todo en aquellos casos de personas con deficiencias vitamínicas o de enzimas digestivas que no logran metabolizar hasta el proceso final esos nutrientes. El mejor ejemplo quizá es la leche y sus derivados, quesos, cremas y otros, cuyo consumo es tan común y necesario para el humano.

Pero también se hace necesario hablar de otras costumbres causantes del mal aliento. Me refiero a la práctica del tabaquismo y del alcoholismo. Ambas conductas van de la mano con la halitosis, no pueden separarse.

Muchos jóvenes me han consultado porque tienen la creencia de que fumando pueden esconder su mal aliento, o por lo menos disimularlo, sin saber que en lugar de ello, harán mucho más notable su problema. Otros piensan que masticando chicles o pastillas olorosas lo van a combatir, hasta que se dan cuenta de que no sirve de nada eso. Algunos cepillan su dentadura con tal ahínco que llegan a lesionarse la encía y a causar pequeños sangrados, empeorando su problema, porque la sangre es muy fétida en su descomposición.

Para corregir el mal aliento deben seguirse varios caminos. El aseo adecuado y cotidiano de su boca, cepillando sus dientes y dando un ligero masaje en sus encías. Mantener sus vías respiratorias sanas, haciendo ejercicio físico aeróbico diario.

No comer en exceso alimentos condimentados, agregar la suficiente cantidad de fibras naturales a su dieta y tomar dos litros de agua diario. No fumar ni permanecer cerca de fumadores, porque se convierten en fumadores pasivos. Tomar alcohol solo con las comidas, y de preferencia tomar vinos generosos que son digestivos, pero sin abusar del consumo de bebidas alcohólicas.

Por cierto, para percatarse si se padece de halitosis, hay que preguntarle a alguien más. Debido a que las fibras sensitivas del nervio olfatorio, asentadas en la parte superior de la nariz, se acostumbran a los olores, muy pocas gentes pueden percibir sus propios aromas, por eso es mejor preguntarle a otro para estar seguro.


Como evitar la halitosis:

Acudir con el odontólogo, para que explore todas las piezas dentarias y encías, y ver si existe sarro o la placa bacteriana, piezas dentales que están en mal esta y en ocasiones necesariamente extraerlas.

El uso de seda dental, para eliminar los restos de comida que queden entre los dientes, antes de cepillarse.

El cepillado de dientes, mínimo tres veces al día

Antisépticos bucales, después del cepillado de dientes.

Masticar chicle sin azúcar, después de los alimentos o antes del cepillado, ya que esto aumenta la producción de saliva.

Algo muy importante y muy recomendable, es no descuidar la lengua, al cepillar los dientes.

Remplazar el cepillo dental por lo menos cada mes y no olvidar el hilo dental

Cuidar la dieta.

Tomar suficiente agua, porque favorece la secreción de saliva, la cual contiene encinas protectoras, que combaten bacterias nocivas y por supuesto el mal aliento.


10 Remedios populares

Remedio para la halitosis #1: Utilice una pasta de dientes con clorofila.

Remedio para la halitosis #2:: Los caramelos de menta son muy eficiente para eliminar el mal aliento.

Remedio para la halitosis #3:: Un remedio natural consiste en comer en ayunas un melocotón de carne amarilla

Remedio para la halitosis #4: Si la halitosis es causada por las encías inflamadas o que sangran, debe hacer un enjuague bucal compuesto por dos cucharadas de salvia roja en medio litro de agua. Esta preparación debe llevarse al punto de ebullición y seguidamente déjela reposar durante 20 minutos.

Remedio para la halitosis #5: Otro remedio casero consiste en el uso del perejil. Para ello, se hierven dos tazas de agua y varias ramitas de perejil conjuntamente con dos o tres clavos de olor enteros. Esta mezcla debe ser revuelta mientras que se refresca. Debe después ser filtrada y ser utilizada como un enjuague varias veces al día.

Remedio para la halitosis #6: Un enjuague bucal que combate el mal aliento consiste en una cucharada de bicarbonato de soda en dos onzas de agua

Remedio para la halitosis #7: Masticar, después de una comida, un clavo de olor, anís o canela en rama.

Remedio para la halitosis #8: Licúan 250 grs de zanahoria, 125 grs de espinacas y 125 grs de pepino. Se toma medio vaso después de las comidas.

Remedio para la halitosis #9: Elaborar un jugo con un durazno, media toronja, un cuarto de mango, dos ramas de yerbabuena y media taza de agua. Para ello, se debe primero extaer el jugo de la toronja y luego se debe licuar todos los ingredientes con el jugo de la toronja y el agua. Tomar a diario al mediodía tres veces a la semana por un mes..

Remedio para la halitosis #10: Preparar un té con una cucharada de yerbabuena en una taza de agua. Se deja hervir durante 10 minutos y se toma después de cada comida.


Recomendaciones:

Para combatir el mal aliento, se recomienda lo siguiente:
Al cepillar sus dientes, no descuide su lengua ésta se encuentra cubierta por proyecciones parecidas a pequeños cabellos, que bajo el microscopio parecen un bosque de hongos. Bajo esa capa hay espacio para alojar placa y restos de alimento que pueden ocasionar mal aliento, de allí la importancia de cepillar también la lengua
Reemplazar el cepillo cada mes y utilizar hilo dental después del cepillado.
Evitar los siguientes alimentos y bebidas:

Alimentos como, cebolla, ajos, pastrami, peperoni, salami, quesos y tunas
Bebidas como cerveza, café, whiskey y vino, ya que éstos dejan residuos y se pegan a la placa dental.

Alimentos que se quedan entre los dientes fácilmente como dulces especialmente los pegajosos.

Visitar regularmente al dentista y practicar una buena higiene oral.

Llevar un cepillo dental, ya que .si se cepilla inmediatamente después de los alimentos, pueden eliminarse algunos malos olores. Si se le olvidó el cepillo, puede ir al baño y haga un buche de agua removiéndola bien dentro de su boca de esa forma puede quitar el olor a la comida


Curiosidad.....

“Todo el mundo piensa que el café causa mal aliento, y con frecuencia es cierto porque el café, que tiene un efecto deshidratante en la boca, cuando se mezcla con leche puede fermentar dando lugar a sustancias malolientes”, explica el microbiólogo y coautor del estudio Mel Rosenberg. Sin embargo, para sorpresa del propio Rosenberg, sus últimos experimentos revelan que el extracto puro de café puede tener justamente el efecto contrario, inhibiendo el crecimiento de las bacterias que generan la halitosis.

Tras el descubrimiento, Rosenberg ha propuesto crear nuevos enjuagues bucales y chicles con extracto purificado de café que combatan el origen del mal aliento, en lugar de enmascarar el olor como hacen los actuales productos mentolados.


LO MAS IMPORTANTE, VISITAR A SU DENTISTA REGULARMENTE.

Fuentes: Universidad Tel Aviv
www.dentalurbinarodriguez.com


Visto en: vidacotidianitica.blogspot.com

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