Si los atribulados protagonistas de Resacón en Las Vegas hubieran conocido al Dr. Jason Burke y su Hangover Heaven (el paraíso de la cruda), se hubieran ahorrado un montón de problemas.
Las Vegas, también conocida como ‘Sin City’, la ciudad del pecado, es un lugar donde la gente va básicamente a jugar y a emborracharse. Pero no de cualquier manera. Van a cogerse la borrachera de sus vidas. Y consecuentemente, se cogen de paso la resaca de sus ídem.
Jason Burke es un avispado y emprendedor anestesista que un buen día llego a la conclusión de que los tratamientos que se aplicaban a los pacientes después de una cirugía para aliviarles los síntomas postoperatorios (dolor de cabeza, náuseas…) bien pudieran aplicarse en el tratamiento del peor enemigo del bebedor: la resaca.
Así, en una ciudad que es una fiesta continua y donde las despedidas de soltero, viajes estudiantiles, escapadas golfas y congresos profesionales son la orden del día, Burke decidió montar Hangover Heaven, una clínica especializada en resacas.
Si anoche te bebiste 17 sambukas, 14 B-52 y tres botellas de champán y hoy tienes que dar una ponencia sobre La venta de neumáticos en el Medio Oeste o el discurso de bodas de tu mejor amigo, necesitas de los servicios milagrosos del Dr. Burke.
Los tratamientos, a base de fluidos hidratantes, fármacos, chutes de Super B (“como la B12 pero cinco veces más fuerte”, se anuncia en la web), antioxidantes, oxígeno, cócteles vitamínicos… administrados de forma intravenosa o no, según reparos, devuelven al paciente a la vida en cuestión de aproximadamente una hora.
“ME SIENTO COMO JESUCRISTO EL DÍA QUE RESUCITÓ”
Entre los tratamientos que ofrece Hangover Heaven los hay para todas las necesidades: desde el modelo ‘resaquilla’ al ‘Tengo una big band desfilando en mi cabeza’, pasando por el terrible ‘Me quiero morir’. En su oferta destacan los paquetes ‘Redención’, ‘Salvación’, ‘Éxtasis’ (para resacas verdaderamente épicas, señalan), ‘Bautismo’ y ‘Escuela dominical’. Esta afición por los nombres religiosos –y el hecho de que el eslogan de una de sus camisetas más populares sea “ME SIENTO COMO JESUCRISTO EL DÍA QUE RESUCITÓ”– le han granjeado a Burke y su negocio algunos problemas con los grupos cristianos de la localidad.
Los precios oscilan, según la cantidad y calidad el tratamiento, desde unos 60 euros hasta los 200 que cuesta el VIP, donde Burke te atiende personalmente. Para evitar penosos desplazamientos hasta la clínica, la mayoría de los tratamientos se realizan a ‘domicilio’ (en este caso, hotel). En Hangover Heaven tienen prevista hasta la más mínima contingencia: si el apesadumbrado resacoso quiere discreción, se identifican en recepción “con un nombre encubierto”, explican.
Una de las estrellas del negocio es el Hangover Heaven Bus, una clínica rodante en la que giraba una banda de gospel en una encarnación anterior, y cuyo alquiler cuesta 1.500 dólares la hora; tiene capacidad para administrar hasta 10 tratamientos por hora e incluye café, Gatorade, snacks, televisión y wi-fi. En un estilo típicamente americano, la compañía vende camisetas, gorras e incluso chupitos de tequila conmemorativos (una buena resaca siempre debe concluir con la promesa de un nuevo pedo).
Hasta el momento, cerca de 3.000 pacientes (muchos de los cuales se podrían haber ahorrado el dinero yendo el día anterior a la farmacia, aunque no es lo mismo) se han puesto en manos de Burke y su equipo, haciendo bueno el famoso dicho de que ‘Lo que pasa en Las vegas se queda en Las Vegas’. Incluida la resaca.
Página web de Hangover Heaven. Con información de Buzzfeed.com.
Tú también puedes ser cliente de Handover Heaven:
Visto en: www.yorokobu.es
Las Vegas, también conocida como ‘Sin City’, la ciudad del pecado, es un lugar donde la gente va básicamente a jugar y a emborracharse. Pero no de cualquier manera. Van a cogerse la borrachera de sus vidas. Y consecuentemente, se cogen de paso la resaca de sus ídem.
Jason Burke es un avispado y emprendedor anestesista que un buen día llego a la conclusión de que los tratamientos que se aplicaban a los pacientes después de una cirugía para aliviarles los síntomas postoperatorios (dolor de cabeza, náuseas…) bien pudieran aplicarse en el tratamiento del peor enemigo del bebedor: la resaca.
Así, en una ciudad que es una fiesta continua y donde las despedidas de soltero, viajes estudiantiles, escapadas golfas y congresos profesionales son la orden del día, Burke decidió montar Hangover Heaven, una clínica especializada en resacas.
Si anoche te bebiste 17 sambukas, 14 B-52 y tres botellas de champán y hoy tienes que dar una ponencia sobre La venta de neumáticos en el Medio Oeste o el discurso de bodas de tu mejor amigo, necesitas de los servicios milagrosos del Dr. Burke.
Los tratamientos, a base de fluidos hidratantes, fármacos, chutes de Super B (“como la B12 pero cinco veces más fuerte”, se anuncia en la web), antioxidantes, oxígeno, cócteles vitamínicos… administrados de forma intravenosa o no, según reparos, devuelven al paciente a la vida en cuestión de aproximadamente una hora.
“ME SIENTO COMO JESUCRISTO EL DÍA QUE RESUCITÓ”
Entre los tratamientos que ofrece Hangover Heaven los hay para todas las necesidades: desde el modelo ‘resaquilla’ al ‘Tengo una big band desfilando en mi cabeza’, pasando por el terrible ‘Me quiero morir’. En su oferta destacan los paquetes ‘Redención’, ‘Salvación’, ‘Éxtasis’ (para resacas verdaderamente épicas, señalan), ‘Bautismo’ y ‘Escuela dominical’. Esta afición por los nombres religiosos –y el hecho de que el eslogan de una de sus camisetas más populares sea “ME SIENTO COMO JESUCRISTO EL DÍA QUE RESUCITÓ”– le han granjeado a Burke y su negocio algunos problemas con los grupos cristianos de la localidad.
Los precios oscilan, según la cantidad y calidad el tratamiento, desde unos 60 euros hasta los 200 que cuesta el VIP, donde Burke te atiende personalmente. Para evitar penosos desplazamientos hasta la clínica, la mayoría de los tratamientos se realizan a ‘domicilio’ (en este caso, hotel). En Hangover Heaven tienen prevista hasta la más mínima contingencia: si el apesadumbrado resacoso quiere discreción, se identifican en recepción “con un nombre encubierto”, explican.
Una de las estrellas del negocio es el Hangover Heaven Bus, una clínica rodante en la que giraba una banda de gospel en una encarnación anterior, y cuyo alquiler cuesta 1.500 dólares la hora; tiene capacidad para administrar hasta 10 tratamientos por hora e incluye café, Gatorade, snacks, televisión y wi-fi. En un estilo típicamente americano, la compañía vende camisetas, gorras e incluso chupitos de tequila conmemorativos (una buena resaca siempre debe concluir con la promesa de un nuevo pedo).
Hasta el momento, cerca de 3.000 pacientes (muchos de los cuales se podrían haber ahorrado el dinero yendo el día anterior a la farmacia, aunque no es lo mismo) se han puesto en manos de Burke y su equipo, haciendo bueno el famoso dicho de que ‘Lo que pasa en Las vegas se queda en Las Vegas’. Incluida la resaca.
Página web de Hangover Heaven. Con información de Buzzfeed.com.
Tú también puedes ser cliente de Handover Heaven:
Visto en: www.yorokobu.es
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