sábado, 16 de marzo de 2013

5 Tipos que dieron nombre a 5 palabras ignominiosas

A casi todo el mundo le gustaría que su nombre pasara a la posteridad por haber descubierto la pasteurización o por haber bautizado el “pepito de ternera”, pero el diccionario también necesita nutrirse de villanos. Como ese juez Lynch, que en el siglo XVIII instituyó unos tribunales privados para juzgar a criminales flagrantes, brindando al inglés primero y más tarde al castellano el verbo “linchar” y el sustantivo “linchamiento”.
Boicot al señor Boycott

Charles Cunningham Boycott no era precisamente un tipo muy querido en Irlanda. Este inglés, usurero a sueldo en la Isla Achill, consiguió poner en su contra a terratenientes, arrendatarios, granjeros e incluso la compañía ferroviaria, que se negó a transportar su ganado. En 1880, el periódico londinense ‘The Times’ empezó a utilizar el término “boycotting” (“boicotear”) para designar el “rechazo sistemático de negociar con una persona para expresar desaprobación”. Y de ahí, al español.

Lynch, el linchador

Charles Lynch fue un terrateniente y militar de Virginia durante la Guerra de Secesión al que debemos el dudoso honor de bautizar el “linchamiento” (“lynching”, en inglés). Para suplir la ausencia de jueces en sus dominios, Lynch instauró una ley que permitía que un jurado popular pudiera juzgar –y ejecutar- a los delincuentes flagrantes. En 1850 el diccionario de Inglés Americano ya recogía el término “lynching”: “Ejecutar tumultuariamente a un reo” (“linchamiento”, según el DRAE).
Masoch, inspirador del masoquismo

Que el Marqués de Sade puso nombre al “sadismo” (“crueldad refinada, con placer de quien la ejecuta”) lo saben hasta los niños de primaria. Mucho menos conocido es que su perversión complementaria, el “masoquismo” (“complacencia en sentirse maltratado”) se inicia con el libro ‘La venus de las pieles’, del escritor austríaco Leopold von Sacher-Masoch, en el que el protagonista se hace azotar y humillar por una mujer corpulenta vestida con pieles. Y de aquellos polvos, estas ‘Sombras de Grey’


Guillotin NO murió guillotinado

El origen del nombre de la guillotina es también bastante conocido, aunque parte de un error: el cirujano Joseph Ignace Guillotin no inventó la guillotina (que se utilizaba desde el siglo XIII en Bohemia) sino que recomendó su uso durante la Revolución Francesa para evitar sufrimientos inútiles al condenado. Tampoco es cierto que muriera por el filo de la máquina letal cuyo uso fomentó, sino por carbunco en un hombro (¿?).
El draconiano leguleyo Dracón

Cuando se promulga una ley excesivamente severa o sanguinaria se dice que es una ley “draconiana”. La palabra viene del legislador ateniense Dracón de Tesalia, que en siglo VII a.C. impulsó un código que contemplaba “penas muy severas incluso para infracciones menores”, explica la Wikipedia. El pobre Dracón, que lo único que quería era asentar la democracia ateniense, acabó exiliado en Egina, vilipendiado por sus conciudadanos.
Idea originada en la clase callejera impartida en Madrid por la Facultad de Psicología de la UCM. Con información de Curioso Diario, Wikipedia, News 4, Wikipedia otra vez, Federico Ysart y más Wikipedia.

Visto en: www.cookingideas.es 

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