Los cárteles de la droga ostentan el poder que tienen no sólo por su capacidad en armamento. También han sabido tejer una intrincada red de telecomunicaciones
que les permite pasar bajo el radar de las autoridades. La supremacía
de la delincuencia organizada pasa igual por la parte tecnológica. Como
ejemplo, están las antenas radiofónicas ilegales que operan, las cuales les permiten utilizar el espectro para mantener la logística de sus operaciones.
Estas redes y antenas no se construyen solas. Para poder erigirlas, se necesitan de personas capacitadas, con conocimientos específicos. ¿De dónde los sacan? En el mejor de los casos, son tentados por los billetes verdes para pasarse al lado oscuro; pero para muchos, la suerte no es tan dichosa. Un buen porcentaje están retenidos contra su voluntad, secuestrados y empleados en condiciones que atentan contra la dignidad humana.
Las desapariciones de ingenieros y técnicos se han hecho más frecuentes en este sexenio. En los últimos cuatro años, se cuentan 36 personas con esta preparación que han sido secuestradas; entre ellos, un empleado de IBM y algunos técnicos en comunicaciones de una constructora. Se los llevan para no devolverlos jamás. Las familias aseguran que nunca hay una llamada para pedir un rescate. No, la extorsión no es el móvil de estas operaciones, sino hacerse de recursos humanos para su propio beneficio.
Sobre estas redes de telecomunicaciones, los narcotraficantes cuentan con una infraestructura impresionante. En el caso específico de Los Zetas, esconden las antenas en terrenos de difícil acceso; las conectan a un panel solar como fuente de energía, y luego las enlazan con teléfonos móvil o radios. Los mandos medios y los operadores de bajo nivel son quienes usan estas redes para comunicarse. Tan sólo en una red recientemente desmantelada, se contaron 167 antenas de radio. ¿Cuántas más no seguirán ocultas y al servicio de los criminales?
Lamentablemente, que las garras del narcotráfico recluten profesionales del mundo de la tecnología no es una noticia nueva. A mediados del años pasado, Kaspersky Labs reveló que los cárteles están reclutando a informáticos; muchos de ellos, estudiantes o trabajadores. “Reclutar”, por supuesto, es un eufemismo. La mayoría son secuestrados. Sí, sabemos de 36 personas que han desaparecido y podrían estar en esta situación. ¿Cuántos son los anónimos cuyas historias desconocemos? Conociendo la capacidad de la delincuencia organizada, me aterra un poco siquiera imaginar una cifra.
Visto en:ALT1040
Estas redes y antenas no se construyen solas. Para poder erigirlas, se necesitan de personas capacitadas, con conocimientos específicos. ¿De dónde los sacan? En el mejor de los casos, son tentados por los billetes verdes para pasarse al lado oscuro; pero para muchos, la suerte no es tan dichosa. Un buen porcentaje están retenidos contra su voluntad, secuestrados y empleados en condiciones que atentan contra la dignidad humana.
Las desapariciones de ingenieros y técnicos se han hecho más frecuentes en este sexenio. En los últimos cuatro años, se cuentan 36 personas con esta preparación que han sido secuestradas; entre ellos, un empleado de IBM y algunos técnicos en comunicaciones de una constructora. Se los llevan para no devolverlos jamás. Las familias aseguran que nunca hay una llamada para pedir un rescate. No, la extorsión no es el móvil de estas operaciones, sino hacerse de recursos humanos para su propio beneficio.
Sobre estas redes de telecomunicaciones, los narcotraficantes cuentan con una infraestructura impresionante. En el caso específico de Los Zetas, esconden las antenas en terrenos de difícil acceso; las conectan a un panel solar como fuente de energía, y luego las enlazan con teléfonos móvil o radios. Los mandos medios y los operadores de bajo nivel son quienes usan estas redes para comunicarse. Tan sólo en una red recientemente desmantelada, se contaron 167 antenas de radio. ¿Cuántas más no seguirán ocultas y al servicio de los criminales?
Lamentablemente, que las garras del narcotráfico recluten profesionales del mundo de la tecnología no es una noticia nueva. A mediados del años pasado, Kaspersky Labs reveló que los cárteles están reclutando a informáticos; muchos de ellos, estudiantes o trabajadores. “Reclutar”, por supuesto, es un eufemismo. La mayoría son secuestrados. Sí, sabemos de 36 personas que han desaparecido y podrían estar en esta situación. ¿Cuántos son los anónimos cuyas historias desconocemos? Conociendo la capacidad de la delincuencia organizada, me aterra un poco siquiera imaginar una cifra.
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