Hay días en los que uno no da crédito de lo que lee en las noticias. El 13 de marzo Rodolfo Wilhelmy
vivió esa sensación que nos invade cuando tenemos que releer un
artículo varias veces para convencernos de que es cierto. El programador
mexicano recibió un email de uno de sus amigos con un link a un
artículo del diario Reforma.
En su interior se informaba sobre la adjudicación de un contrato de 115
millones de pesos (9.5 millones de dólares) para desarrollar una
aplicación para que los miembros de la cámara pudiesen gestionar sus
asuntos desde sus dispositivos móviles. La compañía escogida para
realizarlo se llamaba Pulso Legislativo y tenía vínculos muy cercanos a exdiputados del PRI, el partido que actualmente gobierna la nación.
La primera reacción, como cualquier ciudadano interesado y preocupado por la gestión del dinero público, fue de estupefacción. Wilhelmy sabía muy bien que ese precio estaba inflado y la información de Reforma no hacía más que confirmarlo. El precio del mercado para hacer una aplicación similar estaba en torno al medio millón de pesos (como mucho).
“Desafortunadamente esta no es otra anécdota de nuestro querido y surreal México, es el cinismo llevado al extremo. 115 millones de pesos es más dinero del que los tres fondos de capital de riesgo más activos invirtieron en startups mexicanas en 2011 y 2012. Es invitarle a un taco a 11.500.000 de mexicanos. Es pagar el apoyo anual educativo a 306.667 estudiantes, acceso de banda ancha por un año a 17.500 familias, lo que en su tiempo hubiera costado desarrollar el juego Angry Birds 77 veces”, denunciaron Wilhelmy y sus compañeros en el blog de Codeando, una plataforma de innovación cívica de la que es cofundador.
Tan solo unos meses antes, el programador había puesto en marcha esta web para agrupar y poner a trabajar talento en la red para, según él, “resolver problemas de impacto social”. Tenían ante sí la primera oportunidad de verdad para comprobar el potencial de poner a trabajar a esta comunidad al servicio del bien común.
“Al día siguiente decidimos pasar a la acción”, explica el hacker por Skype. El 15 de marzo Codeando convocó un reto para diseñar una aplicación que pudiese desempeñar las mismas funciones que el propuesto por el congreso a cambio de un premio simbólico de 11.500 pesos (0,01% de la cotización del contrato original) y un iPad mini.
Nos propusimos que no fuese solo para congresistas. Pedimos un híbrido para que cualquiera pueda seguir y acceder a información sobre los congresistas”, añade el programador mexicano.
En apenas 5 días, la comunidad logró presentar 5 aplicaciones. “3 para IOS y 2 para Android”. En paralelo y ante el revuelo causado por la noticia, la cámara de diputados emitió un comunicado en el que anunciaban que paralizaban el proyecto el 19 de marzo, pero esto no significó, ni mucho menos, el fin del concurso.
A raíz del éxito de la convocatoria “pudimos contactar con gente del congreso que nos abrió las puertas para que fuesemos a presentar las aplicaciones. Fue un evento frente a decenas de diputados y organizaciones civiles. Queríamos transmitir que se pueden hacer las cosas de otra forma con la tecnología. No hace falta pagar millones de dólares en licencias de software que enseguida están obsoletas. Hay alternativas abiertas, ágiles y meritocráticas que pueden estar al servicio del ciudadano”.
El ganador del reto fue Arturo Jamaica, un estudiante de ingeniería en sistemas computacionales de Querétaro. “Fue el responsable de crear una API pública para poder desarrollar su aplicación y al mismo tiempo le fuera útil al resto de desarrolladores. Su aplicación ‘Diputados’ permite consultar la lista de diputados federales y encontrar el correspondiente a la zona con el uso de GPS. Permite conocer las propuestas por las que han votado y las asistencias que tienen registradas. También permite conocer las comisiones existentes y los diputados que pertenecen a cada uno. Destaca la incorporación de un sistema de karma que mide el desempeño de los legisladores”, explica el artículo que publicó Gizmodo a principios de abril sobre el caso.
El desarrollador de 23 años ya tenía 6 apps a sus espaldas y presupuestó el trabajo que realizó en 3 días a un precio entre 150 y 200 mil pesos.
Llevar la cultura Hacker a los gobiernos
Los creadores de Codeando esperan que esta victoria sea solo el comienzo de un cambio de mentalidad de los desarrolladores de software frente a la creación de aplicaciones sociales. “Queremos hacer que la comunidad del software, en lugar de estar haciendo el nuevo juego o app para fotografiar comida, volteen los problemas que hay en la calle y propongan tecnología que solucione esos problemas”, opina Wilhelmy.
El programador está convencido, además, de que esto se puede combinar con generar un ecosistema alrededor del emprendimiento social. ”Tim O’Reilly dijo hace poco que el gasto tecnológico en el gobierno en EE UU en un año es de 150.000 millones de dólares. Solo un 2% de esa cifra equivale a la cifra de negocio de la App Store de Apple en México. Imaginemos la cantidad de cosas que se podrían hacer destinando recursos y creando servicios sociales. Imaginemos lo que 10 startups serían capaces de hacer con esos 115 millones de pesos”.
Wilhelmy piensa que, solo de esta forma, los gobiernos serán capaces de modernizarse, abrir los datos y permitir a los hackers construir proyectos sobre esta información. ”Siempre tenemos presente el eterno problema de que el gobierno nunca va a ser capaz de innovar. Tienen muchas cosas que antender y siguen utilizando procesos lentos de licitaciones que se centran en sistemas tecnológicos que están obsoletos el mismo día que empiezan a ser adoptados. Si abres el gobierno, la comunidad puede innovar por ti y allí es donde queremos que tenga algo que ver Codeando. Cuantos más datos tengamos, más concursos de tecnología cívica se pueden generar”.
Todo apunta a que su batalla acaba de empezar. En la cámara de los diputados, Pulso Legislativo sigue teniendo varios contratos como partner tecnológico en la que despliega sus servicios privativos considerados demasiado caros por los expertos. “Están esperando a que la gente se olvide. En México, los medios no siempre son buenos en mantener el dedo en la llaga. Será un reto mantener el escrutinio sobre sus actividades”, dice Paniagua.
A los congresistas mexicanos les acaban de salir unos contrincantes que no podrán ignorar. Cada paso en falso que tomen en temas tecnológicos, tendrá la respuesta de este ejército de hackers, a la espera de resolver cualquier reto que se les ponga por delante.
Visto en: /www.yorokobu.es/
La primera reacción, como cualquier ciudadano interesado y preocupado por la gestión del dinero público, fue de estupefacción. Wilhelmy sabía muy bien que ese precio estaba inflado y la información de Reforma no hacía más que confirmarlo. El precio del mercado para hacer una aplicación similar estaba en torno al medio millón de pesos (como mucho).
“Desafortunadamente esta no es otra anécdota de nuestro querido y surreal México, es el cinismo llevado al extremo. 115 millones de pesos es más dinero del que los tres fondos de capital de riesgo más activos invirtieron en startups mexicanas en 2011 y 2012. Es invitarle a un taco a 11.500.000 de mexicanos. Es pagar el apoyo anual educativo a 306.667 estudiantes, acceso de banda ancha por un año a 17.500 familias, lo que en su tiempo hubiera costado desarrollar el juego Angry Birds 77 veces”, denunciaron Wilhelmy y sus compañeros en el blog de Codeando, una plataforma de innovación cívica de la que es cofundador.
Tan solo unos meses antes, el programador había puesto en marcha esta web para agrupar y poner a trabajar talento en la red para, según él, “resolver problemas de impacto social”. Tenían ante sí la primera oportunidad de verdad para comprobar el potencial de poner a trabajar a esta comunidad al servicio del bien común.
“Al día siguiente decidimos pasar a la acción”, explica el hacker por Skype. El 15 de marzo Codeando convocó un reto para diseñar una aplicación que pudiese desempeñar las mismas funciones que el propuesto por el congreso a cambio de un premio simbólico de 11.500 pesos (0,01% de la cotización del contrato original) y un iPad mini.
Nos propusimos que no fuese solo para congresistas. Pedimos un híbrido para que cualquiera pueda seguir y acceder a información sobre los congresistas”, añade el programador mexicano.
En apenas 5 días, la comunidad logró presentar 5 aplicaciones. “3 para IOS y 2 para Android”. En paralelo y ante el revuelo causado por la noticia, la cámara de diputados emitió un comunicado en el que anunciaban que paralizaban el proyecto el 19 de marzo, pero esto no significó, ni mucho menos, el fin del concurso.
A raíz del éxito de la convocatoria “pudimos contactar con gente del congreso que nos abrió las puertas para que fuesemos a presentar las aplicaciones. Fue un evento frente a decenas de diputados y organizaciones civiles. Queríamos transmitir que se pueden hacer las cosas de otra forma con la tecnología. No hace falta pagar millones de dólares en licencias de software que enseguida están obsoletas. Hay alternativas abiertas, ágiles y meritocráticas que pueden estar al servicio del ciudadano”.
El ganador del reto fue Arturo Jamaica, un estudiante de ingeniería en sistemas computacionales de Querétaro. “Fue el responsable de crear una API pública para poder desarrollar su aplicación y al mismo tiempo le fuera útil al resto de desarrolladores. Su aplicación ‘Diputados’ permite consultar la lista de diputados federales y encontrar el correspondiente a la zona con el uso de GPS. Permite conocer las propuestas por las que han votado y las asistencias que tienen registradas. También permite conocer las comisiones existentes y los diputados que pertenecen a cada uno. Destaca la incorporación de un sistema de karma que mide el desempeño de los legisladores”, explica el artículo que publicó Gizmodo a principios de abril sobre el caso.
El desarrollador de 23 años ya tenía 6 apps a sus espaldas y presupuestó el trabajo que realizó en 3 días a un precio entre 150 y 200 mil pesos.
(Imagen extraída del artículo: 115 millones por una aplicación o la necesidad de servicios web útiles en México de Gizmodo)
María Rocio Paniagua, fundadora de la agencia de comunicación Flit, estuvo en el congreso el día de la presentación y siguió de cerca un proceso que relató la semana pasada en Techcrunch.
“La falta de filiaciones políticas de los miembros les ayudó mucho.
Entraron con Nueva Alianza, un partido que poco tiene que ver con lo que
promulgan, pero que sin embargo hizo que la iniciativa saliera
adelante. Permitió que tuviera credibilidad en la prensa. Son
programadores con muchísimo talento y que construyen a mucha velocidad”,
explicó la experta en comunicación a Yorokobu.Llevar la cultura Hacker a los gobiernos
Los creadores de Codeando esperan que esta victoria sea solo el comienzo de un cambio de mentalidad de los desarrolladores de software frente a la creación de aplicaciones sociales. “Queremos hacer que la comunidad del software, en lugar de estar haciendo el nuevo juego o app para fotografiar comida, volteen los problemas que hay en la calle y propongan tecnología que solucione esos problemas”, opina Wilhelmy.
El programador está convencido, además, de que esto se puede combinar con generar un ecosistema alrededor del emprendimiento social. ”Tim O’Reilly dijo hace poco que el gasto tecnológico en el gobierno en EE UU en un año es de 150.000 millones de dólares. Solo un 2% de esa cifra equivale a la cifra de negocio de la App Store de Apple en México. Imaginemos la cantidad de cosas que se podrían hacer destinando recursos y creando servicios sociales. Imaginemos lo que 10 startups serían capaces de hacer con esos 115 millones de pesos”.
Wilhelmy piensa que, solo de esta forma, los gobiernos serán capaces de modernizarse, abrir los datos y permitir a los hackers construir proyectos sobre esta información. ”Siempre tenemos presente el eterno problema de que el gobierno nunca va a ser capaz de innovar. Tienen muchas cosas que antender y siguen utilizando procesos lentos de licitaciones que se centran en sistemas tecnológicos que están obsoletos el mismo día que empiezan a ser adoptados. Si abres el gobierno, la comunidad puede innovar por ti y allí es donde queremos que tenga algo que ver Codeando. Cuantos más datos tengamos, más concursos de tecnología cívica se pueden generar”.
Todo apunta a que su batalla acaba de empezar. En la cámara de los diputados, Pulso Legislativo sigue teniendo varios contratos como partner tecnológico en la que despliega sus servicios privativos considerados demasiado caros por los expertos. “Están esperando a que la gente se olvide. En México, los medios no siempre son buenos en mantener el dedo en la llaga. Será un reto mantener el escrutinio sobre sus actividades”, dice Paniagua.
A los congresistas mexicanos les acaban de salir unos contrincantes que no podrán ignorar. Cada paso en falso que tomen en temas tecnológicos, tendrá la respuesta de este ejército de hackers, a la espera de resolver cualquier reto que se les ponga por delante.
Visto en: /www.yorokobu.es/
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